Ingenio Marapa del grupo Luque decidió sumar tecnología de punta en su planta en Alberdi. Ahora, cuenta con nuevas herramientas de reportes y gestión de datos históricos aumentando la eficiencia de la azucarera.
En Enero del 2017, el Grupo Luque realizó la compra del Ingenio Marapa a Atanor. Cuando adquirió la planta, la fábrica de azúcar no estaba en condiciones de mantener un control que permita obtener los reportes históricos que necesita una industria de esa magnitud.
La industria contaba con un DCS ABB antiguo, sin soporte y con solo el 10% de las PC de operación en pleno funcionamiento. El desafío de la modernización planificada era cumplir con los plazos establecidos, no afectar demasiado la productividad de la planta y mejorar el ritmo de la producción.
Lo más importante a la hora de realizar cambios en una planta es el diagnóstico y un reelevamiento completo del funcionamiento de la producción. Solo así es posible tomar las mejores decisiones dentro de las posibilidades, disminuir el tiempo de parada de la planta y aplicar una solución efectiva a los problemas.
Luego del análisis de especialistas de Intellymation, se concluyó que cambiar todo los elementos de la planta resultaba un trabajo eléctrico demasiado grande, arriesgado y costoso. Ante esta situación, se decidió mantener la periferia para no tener que recablear toda la planta.
Finalmente, se realizó la migración a PlantPAx de Rockwell, un sistema de control único para la integración transparente entre las áreas críticas de las plantas.
Este sistema permite responder más rápidamente a las exigencias y a las especificaciones en constante cambio. Además, ahora cuentan con una supervisión a ControlLogix y FTV. Para potenciar los cambios, se elaboró un plan de capacitación personalizado y una guardia permanente del integrador.
Ahora, Ingenio Marapa es una planta digitalizada, con nuevos controladores y tableros de supervisión precisos. La información en tiempo real está disponible de inmediato en toda la empresa lo que permite mejorar la toma de decisiones. En la planta de Alberdi, la transformación digital llegó para quedarse.
